Una joven secuestrada de la Tierra y en un planeta extraño es perseguida por distintos seres con diferentes intenciones cada uno. ¿En quién podrá confiar? ¿Quién podrá ser su aliado? ¿Quién podría ser su amigo? Sola en un mundo desconocido sólo podrá correr y escapar.
¿Cómo es recobrar la conciencia en un planeta extraño; que de a poco tu mente se vaya amoldando a nuevas y extravagantes situaciones que te tocan vivir, sin por ello caer en la locura? Eso es lo que le sucedió a Vitala, una muchacha secuestrada de la Tierra y llevada a un planeta lejano en donde varios cyborgs distintos se la disputarán una y otra vez con diferentes intenciones cada uno. Atrapada y sola en ese planeta, Vitala tendrá que correr y escapar, si quiere seguir viva, intacta o libre.
Una aventura de ciencia ficción con seres mezcla de carne y máquina; una colección de personajes a los cuales no será difícil apreciar; un viaje colorido en donde el lector asistirá a las aventuras y peripecias de una jovencita inexperta (y atolondrada en ocasiones) que va de un lugar a otro las más de las veces en contra de su voluntad.

Si deseás contactarme, podés hacerlo a: planetamantra@hotmail.com
O localizar mi libro en:
Librería Dunken
O pasar por mi Facebook aquí

"Y espero (principalmente) que te encariñes aunque sea con un personaje y que lo adoptes en tu alma en lo que dure tu lectura."

domingo, 19 de diciembre de 2010

El mayordomo clarividente



Hola a todos. Buenos días en este domingo. Hoy quiero compartir con ustedes un texto corto que se me ocurrió la otra vez. Por lo común soy de archivar las ideas hasta tener tiempo de desarrollarlas, porque en ese momento estoy escribiendo otra cosa, pero cuando llega a mí una idea de esas que "pican" y que no se hace esperar y que es de factura corta, entonces soy de plasmarla en el momento o en los días que me lleve. Tal es el caso de "El mayordomo clarividente", un cuento corto que se me ocurrió la otra vez. Quizás inconscientemente resuenan en él ecos del personaje de Anthony Hopkins en "Lo que queda del día", la película de 1993 de James Ivory y con Emma Thompson (esa excelente y maravillosa actriz).
Bueno, se los dejo y, si hay alguien ahí afuera capaz de leerlo (me siento como Jenner, el personaje de Noah Emmerich para "The Walking Dead", hablándole solitario a una computadora en un búnker abandonado)...

(imagen tomada de: http://media.sfx.co.uk/files/2010/11/walking_dead_15wildfire_620.jpg)

... espero que el cuento le guste. Hasta luego.




El mayordomo clarividente


Era un hombre que había nacido con el don de la clarividencia. Y se hizo mayordomo. Fue el mejor mayordomo del mundo. Era solicitado por las mayores casas de Europa. Al poder ver el futuro se anticipaba a los deseos de sus dueños. Estaba con un refresco en sus manos, cinco minutos antes de que empezaran a sentir la sed. Ordenaba asar un pavo con trufas horas antes de que al dueño de casa se le ocurriera comer pavo con trufas. Y estaba en el minuto exacto de la muerte de cada uno de sus señores para sorprenderlo con que él ya había movido los engranajes para el cumplimiento de su última voluntad (siempre que ésta fuera humanamente posible) con meses de anticipación.
            Finalmente, ya anciano y luego de toda una vida de servidumbre, se retiró porque se había dado cuenta de que podía predecir los resultados de la lotería.




Eugenio Emilio Orsi
escrito el 17 de diciembre de 2010, viernes.




miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nuevo Show de Submarino Pirata

Señores, Submarino Pirata, la banda de Miguel Gigliello, un amigo de la casa, tocará este viernes. Es por eso que les dejo su anuncio publicitario. Y para todos aquellos que quieran más información de la banda pueden entrar en su sitio web:  http://www.submarinopirata.com/.


Nuevo Show
En Vivo
Viernes 10 de Diciembre 2010

Feria de las Colectividades!
Estación Longchamps

                                   20:00 hs.

viernes, 3 de diciembre de 2010

"El ascensor de tiempo", de Pablo Antonio Calcedo


Hola, allá por el año 2005, la revista "Ñ" decidió sacar unos fascículos coleccionables con el título "Mi cuento preferido". Allí se publicaba, semanalmente, un cuento famoso elegido por un autor actual, al cual dicho cuento le haya gustado o llegado al alma por alguna cuestión particular. El fascículo empezaba con una columna en donde el autor contemporáneo explicaba por qué había elegido el cuento que nos ofrecía a continuación. A su lado, otra columna era una breve biografía del autor del cuento elegido. Y después, en las páginas siguientes, venía el cuento. Y así se iban sucediendo los fascículos semanales con los autores actuales y sus cuentos elegidos de autores anteriores. Parece que los textos y relatos que integraban la serie formaban parte de una antología llamada "Mi cuento favorito", publicada por la Editorial Alfaguara en el 2000 (rezaba una explicación generalmente al pie de la página final de cada fascículo).
Como propuesta me resultaba muy interesante e imaginaba qué cuento habría yo elegido de habérmelo propuesto la editorial o la revista "Ñ" a mí. Y entonces me encontraba con que un día elegía uno ("El hombre bicentenario" de Asimov) y, tiempo después veía como más conveniente otro ("Teatro de títeres" de Fredric Brown), y así sucesivamente. Para mí la propuesta significaba elegir aquel cuento que no sólo nos gustara, sino que también hubiera contribuido a construirnos a nosotros como lectores o a revelarnos qué tipo de lectores éramos o seríamos. Es por ello que pensé siempre que la elección correcta sería de un cuento pretérito, aquel que hubiésemos leído en épocas tempranas. Y así, finalmente, pensé en "El ascensor de tiempo", un cuento que leí de niño en un libro que llegó a mis manos por esas épocas como regalo de una maestra que lo compró para mí en la feria del libro de mi escuela primaria y me lo regaló sabiendo que me gustaba mucho leer.
"El ascensor de tiempo" integra un libro de cuentos de Pablo Calcedo llamado "Los patios del cielo" y fue, entre tantos cuentos que me impactaron (un niño leyendo cuentos para pre-adolescentes), el que más me llegó. Es de esos cuentos que al igual que algunas novelas, inconscientemente, nos hacen decir "Yo quiero comulgar con esto, con este tipo de historias; esto es lo que yo soy".
Bueno, sin nada más que agregar, comparto con Uds. "El ascensor de tiempo" de Pablo Calcedo.





El ascensor de tiempo

por Pablo Antonio Calcedo


           
Era un edificio de cuarenta y ocho pisos y estaban por construir dos más.
Era una ascensorista, la señora Ada, que vivía desde hacía veinte años entre el primero y el cuadragésimo octavo. Una mujer inquieta, introvertida, que mientras realizaba su continuo manipuleo con los botones había acostumbrado a su mente, por el hábito, a volar muy lejos de aquella caja gris.
Y así, jugando con la mente, había llegado a planear el robo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

"Carne y Cable", Capítulo 1


CAPÍTULO 1
UNA CHICA CORRIENDO POR UN BOSQUE


El bosque era rojo, y el cielo también. No sabemos si era el color natural de ese bosque y de ese cielo, o era el color subjetivo con que lo veía ella. Porque ella corría con los ojos inyectados en sangre por el terror. Su pelo era tan rojo y vivo como el bosque y el cielo; su piel, dorada; y su vestido, tonto. Era un vestido amarillo, floreado, corto, que ya en la Tierra hubiera parecido tonto; pero aquí era sólo un vestido para no correr desnudo por ahí como una bestia de Dios.
A propósito, su nombre era Vitala. ¿Y por qué corría aterrorizada? Había escapado del demonio Bactrón que la tenía prisionera en su cueva-guarida- fragua (lo que sea) en donde él la había estado torturando. Bactrón, un demonio corpulento, enorme y musculoso, de un rojo brillante, enorme cabeza de cuernos como de carnero, y mirada sin pupila, tenía atrapada a Vitala en una maquinaria de cadenas, poleas y roldanas, que sujetaban sus muñecas y tobillos, tensionándola, estirándola. La torturaba sólo por torturar, sólo por tenerla prisionera, sólo por verla adolorida, sólo por matarla a la larga, cuando ya se hubiera cansado. Y eso podía durar cuatro horas o cuatro días.
Y ella había aprovechado la contingencia de un descuido de Bactrón y una rotura en la maquinaria, lo que le permitió escapar. Ahora corría desesperada, con su vestidito amarillo y floreado, por el bosque rojo de ese planeta. Corría sin saber, sin pensar, sólo con ráfagas de pensamientos, recuerdos y sensaciones. Si no lloraba mientras corría era porque su mente aún no sabía que podía llorar. Corría alejándose lo más que pudiera del horno de Bactrón, aquél que la apresó para poder torturarla, sin saber ella que había otras fuerzas en el planeta Mantra que deseaban apresarla, pero para otros fines. Algunos similares, otros distintos entre sí.
Se detuvo a sentarse en un árbol, a esperar a que su alma baje, que su cerebro se reacomode, que su corazón dejara de martillar con una maza de plomo. Se sentó, y los recuerdos empezaron a bajarle de a poco –muy de a poco– a su mente. Empezó a recordar algo de lo que había vivido hasta entonces, y que una serie de acontecimientos anormales, coronados con el tremendo shock del demonio torturador, habían logrado bloquear su mente y convertirla en una gacela temerosa que corría desesperada por un bosque rojo.
Recordaba… recordaba…
–Yo era Vitala… Yo soy Vitala… –se decía–. Yo vivía en la Tierra… –su mirada estaba perdida, como si mirara al árbol que tenía enfrente, pero no lo miraba–, tenía amigos, tenía una amiga, sí, una gran amiga, sí, también. Yo estudiaba… la Facultad; trabajaba… la oficina; yo trabajaba… Y la luz, la luz… –Y ya no pudo verbalizar más. Empezaron a pasar por su cabeza fotos rápidas e inconexas de su vida en la Tierra. De cumpleaños, exámenes, compañeros de trabajo y de estudio, de su perro, su departamento, de su mejor amiga, sus salidas; hasta llegar a la foto última de su desordenado álbum mental: la de aquel sábado a la noche en que fue secuestrada.
Al llegar ahí, sus recuerdos comenzaron a estabilizarse y dejaron de ser fotos desordenadas para transformarse en una lenta película.
Había salido aquel sábado a la noche con Lucía, su mejor amiga, y como la cosa no prometía para más, habían ido a tomar un café y charlar de todo un poco. A la salida se despidieron, y mientras ella, sola, esperaba el colectivo en una esquina oscura… ¡paf! ¡sucedió!… una luz enorme y rápida como si alguien le hubiera sacado una foto instantánea usando un reflector. Y todo: calle vacía, esquina oscura, autos de la avenida, parada de colectivo, desaparecieron. Y en su lugar estaba recostada en un bloque de acero frío, como un monolito, que hacía de camilla en un recinto en penumbras, de paredes curvas; en una nave que viajaba por el espacio y que ya estaba saliendo del sistema solar.
A partir de allí la película volvió a detenerse, como si su cabeza no recordara cuánto tiempo hubo pasado hasta el próximo suceso, en donde la película volvía a fluir y se veía a ella misma ya más familiarizada con la nave. No había pasado mucho tiempo desde su secuestro en la Tierra –dos, tres o cuatro meses tal vez– pero sí lo suficiente como para amar a alguien, alguien que había sufrido ciertas vicisitudes para ser quien era.
Pero de pronto se incorporó, el miedo volvió a su faz. Oía criaturas que la perseguían. Los recuerdos podían esperar, el lento reacondicionamiento de su mente shockeada se daría o después cuando pudiese estar a salvo, o mientras corría por su vida, que era lo que empezó a hacer ahora.
Volvió a correr, pero ya no con la mente borrada, como un animal, sino como un ser humano, con técnica. Iba en zigzag, elegía los caminos más difíciles (aún así seguía oyendo a sus perseguidores), corría por un riachuelo para salir de él un trayecto más adelante. Hasta intentó, sin éxito, subirse a un árbol, pero como no lo consiguió rápidamente, eligió no perder tiempo y seguir corriendo. Hasta que finalmente cayó rendida y, exhausta, se dejó morir; y del agotamiento se durmió.
En eso, una manada de lobos surgió del verde, la rodearon, formaron un círculo en torno a ella, la observaron, y se retiraron. Al rato un lobo enorme, hermoso, de pelaje gris, se acercó lentamente hacia ella, recorrió con su hocico su cuello, abrió la boca como para morderlo, y la mantuvo abierta a unos centímetros del mismo, exhalando su aliento caliente sobre él. Alrededor de ellos dos, sólo en ese sector del bosque, había nieve. Se hizo de noche.

domingo, 28 de noviembre de 2010

"Teatro de títeres" de Fredric Brown

Buenas tardes, hoy quiero compartir con Uds. un cuento de Fredric Brown.

Fredric Brown fue un escritor norteamericano que nació en 1906 y murió en 1972. Fue, básicamente un escritor de policiales y de ciencia-ficción.
Es, a mi parecer, un "maestro del cuento corto". No soy una persona a quien le gusta leer libros de cuentos, básicamente soy de buscar novelas, pero en el caso de Fredric Brown he hecho varias excepciones (y no es que no tenga sus buenas novelas el hombre; recomiendo "Universo de locos" y su idea de un universo hecho de universos, es decir una infinitud de universos en donde todo es posible, piense Ud. algo disparatado, y habrá algún universo en donde eso mismo esté sucediendo hecho realidad. Y recomiendo también la hilarante "Marciano vete a casa" en donde los marcianos invaden la tierra, ¿Cómo? ¿Con qué fin? Sólo por molestar nomás y divulgando los secretos íntimos de la gente.), prosigo, en el caso de Brown he hecho varias excepciones. Recuerdo las largas peregrinaciones por la Avenida Corrientes o por otros tradicionales centros de venta del libro usado como Parque Rivadavia o Parque Centenario.
Sus cuentos son de una originalidad extrema, de una imaginación fresca e inusual. Uno, al terminar de leerlos, suele quedar chasqueado y sorprendido por el final. Muchas veces de humor, otras inquietantes, este gran escritor ha sido de gran influencia para otros escritores. Incluso uno de sus mejores cuentos "Arena" ha sido llevado a la pantalla chica como argumento de un episodio de "Viaje a las estrellas", la serie original.

He dicho que fue un maestro del cuento corto, tan es así que una vez leí por ahí que quizás el cuento más corto del mundo se le deba a él. Y dice así:

El último hombre sobre la Tierra estaba solo en una habitación. Sonó una llamada a la puerta...

Después esa frase fue alargada y la transformó en el cuento titulado "Llamada".

También dije que fue de una gran originalidad a la hora de escribir, baste como ejemplo el genial relato llamado "El final":

El profesor Jones había trabajado en la teoría del tiempo a lo largo de muchos años.
-Y he encontrado la ecuación clave –dijo un buen día a su hija-. El tiempo es un campo. La máquina que he fabricado puede manipular, e incluso invertir, dicho campo.
Apretando un botón mientras hablaba, dijo:
-Esto hará retroceder el tiempo el retroceder hará esto –dijo, hablaba mientras botón un apretando.
-Campo dicho, invertir incluso e, manipular puede fabricado he que máquina la. Campo un es tiempo el. –Hija su a día buen un dijo-. Clave ecuación la encontrado he y.
Años muchos de largo lo a tiempo del teoría la en trabajado había Jones profesor el.

Final el



Bueno, espero haberles entusiasmado con este autor y que después de leer este artículo -y en el caso improbable de que exista alguien allí afuera- salgan a buscar en la Red información y textos de Don Fred.
Les dejo para mayor solaz y descubrimiento uno de sus mejores cuentos que bien podrá robarles una sonrisa. Su nombre es "Teatro de títeres" (Puppet Show), también llamado "Espectáculo de marionetas". Parece que salió publicado por primera vez en Playboy en noviembre de 1962.
Para disfrutar de "Teatro de títeres" sólo tienen que cliquear abajo en donde dice "Más información".
Les dejo mis saludos. Que lo disfruten.


viernes, 26 de noviembre de 2010

"El Procesador de Palabras de los Dioses", de Stephen King

Hola, hoy quisiera compartir con Uds. un hermoso cuento de Stephen King llamado "El Procesador de Palabras de los Dioses" (no podía ser de otra manera si, obviamente, ése es el título de esta entrada). Sé que es un lugar muy común (y sobre todo refiriéndose al autor que más ha sido llevado a la pantalla grande) decir "¿Por qué no ha sido llevado esto al cine?" (como se dice con tantísimas obras suyas), pero lo digo: ¿Por qué no ha sido llevado esto al cine? Pienso que un cuento como el que nos ocupa bien podría integrar cuanto menos -en caso de no extenderle el argumento- una película del tipo de "Cuentos Asombrosos" (¿Se acuerdan?). Tal vez ya haya sido llevado a "Pesadillas y Alucinaciones" y yo no lo sé. El llamado Maestro del Terror tiene para demostrar a los que no lo saben y lo encasillan que no sólo es terror o tensión psicológica lo que hace, sino que también es capaz de líneas plenas de ternura. Como por ejemplo, como he dicho en otro lugar, el fragmento en donde el protagonista de "Un saco de huesos" relata lo que sus cuñados irlandeses, hermanos de su recientemente fallecida esposa, fueron para él en tan difícil momento: "un escudo protector en torno a mí". O (SPOILER) el final de "Los Tommyknockers" con los dos hermanitos abrazados en la cama del hospital.
Bueno, ahora sin más les presento a Uds. este cuento que he tomado de http://www.librosgratisweb.com/

Espero que les guste. (Cliquear abajo en "Mas información" para leer el cuento.)

jueves, 25 de noviembre de 2010

"Lluvia de estrellas"- Osmar Maderna

Quisiera regalarte, oh lector inexistente (este blog por el momento es como una botella tirada al mar con un papelito dentro, pero guardo la esperanza de que alguien, algún día, mirando sin querer el mar, y como quien no quiere la cosa, descubra la botella con el papelito), repito, quisiera regalarte una de las melodías más bellas que he escuchado en la vida, quizás un antiguo recuerdo de cuando vivía con mis abuelos de chiquito y escuchaban tango y yo con ellos como pequeño testigo. Me refiero a "LLuvia de estrellas" de Osmar Maderna, quien es considerado "el Chopin del tango". Nacido en Pehuajó, provincia de Buenos Aires en 1918, murió el 28 de abril de 1951 pilotando su propio avión.
Hoy les ofrezco a Uds. una melodía bellísima, para escuchar en la mañana en donde ofrece frescura, en la tarde en donde brinda un fluir al alma o en la noche en donde ofrece paz y alegría.
La presento con un link a la excelente página todotango.com en donde este tango fantasía tiene audio, tapa de la partitura y partitura misma:

http://www.todotango.com/spanish/las_obras/partitura.aspx?id=697

(para una biografía de Osmar Maderna, consultar también la misma página)http://www.todotango.com/spanish/creadores/maderna.asp

Presento también un video de Youtube si es que alguien quiere disfrutar de esta obra en video (buscando allí mismo podrán también ver distintos videos con virtuosos del piano y demás instrumentos  interpretando la obra):




Pido disculpas a los grandes conocedores del tango por mi pobreza en cuanto al tema. Sólo quiero compartir con quien quiera esta belleza musical. Muchísimas gracias.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

"Fe, alguna fe y ninguna fe", de Robert Louis Stevenson

Y como lo prometido es deuda, quise inaugurar las entradas de este blog (después de las obligadas "Buenas tardes") con un texto que me ha gustado mucho. Pertenece a Robert Louis Stevenson ("Tusitala" para los amigos del Pacífico Sur), de quien yo leí, en una noche, la genial "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". El texto en cuestión es "Fe, alguna fe y ninguna fe". Y, como hay que dar crédito a quien corresponda, digo que lo he tomado de http://www.ddooss.org/articulos/cuentos/Stevenson.htm  en donde figura como "Fe, media fe y ninguna fe". Es un texto fuerte que nos hace pensar cuál de los tres personajes seríamos nosotros en una situación desesperada. Lo transcribo y espero que les guste.



Fe, media fe y ninguna fe
En los antiguos días tres hombres emprendieron una peregrinación. Uno era sacerdote, otro una persona virtuosa y el tercero, un viejo vagabundo con su hacha. En el camino el sacerdote habló del crecimiento de la fe.
“Vemos las pruebas de nuestra religión en las obras de la naturaleza”, dijo, golpeándose el pecho.
“Así es”, dijo la persona virtuosa.
“El pavo real tiene una voz muy áspera”, dijo el sacerdote, “así lo afirman nuestras escrituras. ¡Qué alegría! “, exclamó, con una voz que era un gemido. “ ¡Qué consuelo! ”
“Yo no preciso semejante prueba”, dijo la persona virtuosa.
“En tal caso, tu fe no es razonable”, dijo el sacerdote.
“Grande es la verdad y prevalecerá”, exclamó la persona virtuosa. “Hay lealtad en mi alma; estemos seguros de que hay lealtad en el alma de Odin”.
“Ese es un mero juego de palabras”, replicó el sacerdote.
“Una arroba de esos dislates nada le importa al pavo real. ”
En aquel momento pasaban junto a una granja en la que había un pavo real. El pájaro abrió el pico y cantó con la voz de un ruiseñor.
“¿Y ahora qué me dices?“, preguntó la persona virtuosa.
“A mí esto no me inquieta. Grande es la verdad y prevalecerá.”
“Que el diablo se lo lleve al pavo real”, dijo el sacerdote y durante una milla o dos estuvo muy triste.
Pero después llegaron a un santuario, donde un fakir obraba milagros.
“ ¡Ah! “, dijo el sacerdote. “Aquí están los genuinos fundamentos de nuestra fe. El pavo real era un detalle.
Esta es la base de nuestra religión”. Se golpeó el pecho y gimió como si sufriera de cólico.
“Esto no es nada para mí”, dijo la persona virtuosa.
“ ES tan impertinente como el pavo real. Creo porque sé que la justicia es grande y prevalecerá. Este fakir podrá seguir haciendo pruebas hasta el día del Juicio Final, sin embaucar a un hombre como yo”.
Al oír sus palabras el fakir se indignó de tal manera, que sus manos temblaron y mientras obraba un milagro las barajas se le cayeron de la manga.
“¿Y ahora qué me dices?” preguntó la persona virtuosa.
“Sin embargo, a mí no me inquieta”.
“Que el diablo se lleve al fakir”, exclamó el sacerdote.
“No hay ninguna razón para que sigamos peregrinando.”
“No desmayes”, exclamó la persona virtuosa. “Grande es la justicia y prevalecerá”.
“¿Estás seguro de que prevalecerá”, dijo el sacerdote.
“Doy mi palabra”, dijo la persona virtuosa.
El otro prosiguió su camino con el corazón amargado.
Al fin alguien llegó corriendo y les dijo que todo estaba perdido y que los poderes de la sombra habían sitiado a las Moradas Celestiales, que Odin iba a morir y que el mal triunfaría.
“Me han engañado burdamente”, exclamó la persona virtuosa.
“Todo está perdido”, dijo el sacerdote.
“Espero que no sea demasiado tarde para entendernos con el diablo”, dijo la persona virtuosa.
“Espero que no”, dijo el sacerdote. “En todo caso haremos lo posible. ¿Pero qué estás haciendo con tu hacha?“, le dijo al viejo vagabundo. El viejo vagabundo contestó:
“Voy a morir con Odin”.

FIN

Buenas tardes.

Esta es la primera entrada del blog. Debo confesar que soy nuevo en esto de tener un blog y que no lo haré muy bien muchas veces. Espero tener algunos lectores. Soy el autor de "Carne y Cable" y he abierto este blog con la intención y esperanza de dar a conocer aún más mi libro, el cual espero que no sea el último. A medida que pueda iré subiendo a este blog no sólo las cosas relacionadas con "Carne y Cable", sino también con cualquier otra cosa que sea de mi interés. Es así que trataré de subir cosas de literatura o cine o lo que sea que se me ocurra en el momento. Repito, soy nuevo en esto del blog y espero hacerlo bien o cuanto menos ofrecer a alguien algo interesante que leer cuando pueda.
Así que, sin nada más que decirles y luego de experimentar con ésta, mi primera entrada, los saludo con un:

Bienvenidos.